domingo, 5 de agosto de 2012

Capitulo 3 - Bienvenidos al Circo


Aun teniendo los ojos vendados, Haku me ayudo a caminar hasta lo que sentí era un camión de carga o algo así, sentándome adentro para todo el camino recostada en una esquina con la venda en los ojos. El camión hacia mucho ruido en el camino y se movía mucho, no fue para nada un viaje placentero…además olía terrible adentro.


Cuando por fin sentí que aquel camión freno y las puertas abrirse, solo quería escapar, pero sabía que no podría hacer nada; Pensé que la luz me cegaría al momento en que Haku me quitara la venda, pero era de noche. Mire a mi alrededor sin prestar atención a Haku, intentando reconocer el lugar pero era inútil.

-No estamos en ningún lugar que conozcas, querida. –Dijo con esa terrible sonrisa, para luego agarrarme de la muñeca y llevarme hasta una carpa de un circo.

-Este es tu nuevo hogar –Me llevo hasta lo más profundo del circo, pasando un hermoso y decorado escenario, los vestidores y un salón lleno de cachivaches. Me dejo frente a una celda y me empujo dentro cerrando con llave. Mis ojos se llenaron de lágrimas de nuevo y me agarre fuertemente a las barras de la celda gritándole.

-¿¡Porque haces esto!? ¡Eres un moustro! –Hubiera seguido gritándole pero de nuevo un intenso dolor recorrió mis piernas y parte de mi espalda haciéndome caer al piso entre gemidos y jadeos del dolor… comencé a llorar de nuevo s todo pulmón. El ignorándome completamente se había marchado solo diciendo: “-Mañana será tu primera actuación.” No sé a qué se refería, yo no sirvo para un circo, no sé hacer nada. Seguí llorando durante un largo rato hasta que mis sollozos eran muy leves, no me quedaba fuerza. Sentí unos pasos acercarse pero no me moleste en levantar la cabeza y menos si era él.

-¿Es la nueva, no? –Oí la voz de una chica, pero aun no quería destapar mi rostro. Sentí como esa persona se acerco y se sentó frente a mí, al levantar la mirada vi que eran un chico y una chica, gemelos…eran más bien una sola persona, sus cabezas estaban unidas en un solo cuerpo pero no sentí nada, después de verme yo misma con esas asquerosas partes de animal nada podía ser más grotesco, ellos sintieron lo mismo al verme.

-¿Por qué lloras? –Me pregunto la chica inocentemente ¿Cómo no podría llorar?
-¡Rin! –le reclamo su hermano con una expresión triste, para luego mirarme.
-Len-kun, pero si es muy divertido estar aquí –Le decía la chica a su hermano, el suspiro. ¿Cómo va a ser divertido estar ahí?
-…m..me llamo Miku…Hatsune Miku –Dije con la voz temblorosa.
-Discúlpanos, somos Len y Rin. Los payasos del circo –Mire sus ropas afirmando lo que me dijo, curiosa pero aun triste le pregunte.
-¿Yo que soy en este circo?
-Por lo que tengo entendido eres la cantante –Dijo la chica, Rin, con una sonrisa. No entiendo su actitud ante esto.
-¿Ustedes nacieron juntos?
-Claro, somos hermanos –Sonrió la chica
-Rin, se refiere a en el mismo cuerpo –después de verla me miro- No, no nacimos así. Así como tú no naciste con esas piernas ¿Cierto?

Llore de nuevo pero sin sollozar, las cálidas lagrimas corrían por mi rostro, no aguantaba tanta atrocidad en tan poco tiempo. Les di la espalda y seguí llorando sin emitir ningún sollozo.

-Quiero estar sola…-Les dije, ellos entendieron y sentí como se alejaban en silencio, seguí llorando en silencio hasta quedar dormida en el piso de la fría celda.

De nuevo desperté con la esperanza de que todo fuera un sueño, pero yo seguía ahí, en esa fría y oscura celda, queriendo escapar, volver a mi hogar y ver a mi familia y amigos. Sentía los ojos pesados, me senté como pude e intente mover mis piernas a las cuales aun me costaba acostumbrarme; Pero sabía que nada me devolvería las mías.

-Es hora del espectáculo, bella dama –Oí la repugnante voz de Haku a mi espalda y el sonido de la rechinante celda abriéndose, me puse de pie costándome un poco agarrar equilibrio.
-Sígueme –Camino y yo resignada obedecí, me guio hasta unos vestidores, tendiéndome un hermoso y extravagante vestido me dijo.
-Este es tu vestuario, póntelo y te daré las indicaciones –Salió de la habitación y yo permanecí unos minutos viendo en silencio el vestido.

Me quite bastante incómoda la ropa que traía puesta, poniéndome el vestido, me mire a un espejo para acomodar mi cabello, mis ojos estaban rojos. Mire a los lados y me senté en una silla dispuesta a maquillarme para ocultar las ojeras y lo rojo de mis ojos. Con colores que hacían juego con el vestido y mi cabello, oculte las marcas de mi sufrimiento pero no podía sonreír. Siempre quise cantar ante un público pero no así. Permanecí viéndome seria al espejo sin ver nada en realidad.

-¡Te ves hermosa, Miku! –Exclamo Haku entrando con una sonrisa. –Me escolto hasta un lugar desde el que podía ver el escenario, los niños reían al ver a los payasos hacer trucos y morisquetas. Rin y Len sonreían mientras hacían su acto.

-¿Cómo pueden sonreír así? –Murmure para mí misma.

-Miku, te presentare y en ese momento entraras, te paras ante el micrófono y cantas alguna canción, eso es todo lo que tienes que hacer. –Yo asentí resignada esperando mi turno, los gemelos terminaron su acto y se despidieron, se cruzaron conmigo deseándome suerte con una sonrisa. Yo no sentía nada más que asco, dolor, pesar, una tristeza que nunca había sentido embargaba todo mi ser.


**Chic@s lo siento, se queme tarde en subir este capitulo pero tenia que pensar un poco mejor que escribir y aun así no me convenció tanto. En fin, se les quiere, comenten o ya saben (vean la imagen de arriba la derecha) es por su bien**

      -Att: Creepy-chan.

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